lunes, 28 de octubre de 2013

EL CONDÓN Y LA PÍLDORA PRECOCES

En mi tiempo, a los 14 años, nadie le había visto el eye a la potatoe así es que nos resulta extremadamente atractivo saber que los cabros, de hoy, van a tener oportunidad de hacer sus gracias a edad conveniente.
Por supuesto que la mojigatería general se manifiesta en declaraciones y comunicados, reclamos, exabruptos, etc., y los movimientos religiosos ponen el grito en el cielo (¿dónde más lo van a poner?) y mientras algunos de sus miembros están en la cárcel por abuso sexual contra menores, los otros patalean y hacen uso de su sagrado derecho a discrepar, que no es lo mismo que hacer uso de algún derecho para dirigir.
No es mala la idea de la píldora para el día después, o del condón, porque se van a evitar una enorme cantidad de embarazos (de esos que se ocultan) y de abortos criminales (que también se ocultan) y los cabros van a poder expresarse como animales humanos, o humanos animales, porque otra cosa no somos.
No importa si vestimos sotana, uniforme, o un traje de cinco mil dólares, seguimos siendo animales, haciendo la guerra, condenando a inocentes y liberando culpables.
Se despierta a la sexualidad para darle uso a la sexualidad, si así no fuera esa parte seguiría dormida y nadie se haría problema.
La cuestión es que hay que hacerse responsables del asunto y me parece que alguna vez alguien tenía que ponerle el condón, o la píldora, al gato y parece que la cosa va. (Aunque en este caso no se trate, precisamente, de gatos…)

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